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El Origen del Hombre

La creacion

Autor: Sorenson, John L.

El punto de vista del “origen del hombre” en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es muy diferente de aquella existente en la mayoría de las otras tradiciones [religiosas] modernas. Su objetivo principal consiste en afirmar que los seres humanos fueron creados como espíritus por y a la imagen de Dios, lo cual ha determinado su forma y naturaleza mucho antes de convertirse en organismos terrestres. Las preguntas sobre cuáles fueron los mecanismos biológicos o culturales que han podido producir el Homo sapiens y en qué periodo de tiempo esto ocurrió a menudo dominan los debates seculares pero son de escaso interés para los Santos de los Últimos Días.

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Ciencia y científicos

Autor: Miller, Robert L.

En un mundo donde la ciencia y la religión han estado a veces en desacuerdo, los Santos de los Últimos Días se destacan por sus actitudes positivas hacia la ciencia y su alto porcentaje de participación en las carreras científicas. Científicos activos son a menudo llamados a posiciones de liderazgo en la Iglesia, y una serie de científicos SUD han sido reconocidos internacionalmente por su trabajo científico. Con el patrocinio de la Iglesia, la Universidad Brigham Young mantiene programas considerables en la mayoría de los campos científicos de estudio y apoya la investigación significativa en muchos de ellos. La actitud positiva hacia la ciencia a menudo se atribuye a nuestras creencias teológicas distintivas.

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Las explicaciones científicas de las experiencias religiosas no anulan la religión

Tengo un amigo que cree que hay una explicación científica para todo: los sentimientos espirituales, las respuestas a oraciones, los milagros, etc. ¿Qué le puedo decir?

En cierto sentido, tu amigo tiene razón: todas las cosas probablemente tengan explicaciones que puedan expresarse en términos científicos (aunque todavía no contamos con todos ellos). La habilidad de la ciencia para explicar algo no afecta la religión. Aun si aceptas las explicaciones científicas de una experiencia espiritual o de un milagro, la ciencia simplemente describe el suceso; la ciencia no dice nada en cuanto a la verdad, el significado o propósito que conlleva. Ésta es la función de la religión. Nuestro Padre Celestial sabe todas las cosas y nos revela lo que necesitamos para poder volver a Él y para desarrollar fe, esperanza, caridad y todos los demás atributos divinos. Así como las interpretaciones religiosas de fenómenos naturales no anulan la ciencia, lo contrario es igualmente cierto: las explicaciones científicas de las experiencias religiosas no anulan la religión. (Liahona Marzo 2014)

https://www.lds.org/liahona/2014/03/youth/to-the-point?lang=spa

¿Por qué es importante el conocimiento secular?

Conocimiento secular

El Elder John A. Widtsoe señaló que la «teología no es el único tema en el que los Elderes deben interesarse, sino que también deben estudiar:

«Cosas tanto en el cielo» (la astronomía);

«como en la tierra» (todo lo relativo al cultivo del suelo);

«y debajo de la tierra» (la mineralogía, la geología, etc.);

«cosas que han sido, que son» (la historia, en todos sus aspectos);

«cosas… que pronto han de acontecer» (las profecías);

«cosas que existen en el país… en el extranjero» (la política nacional e internacional);

«las guerras… perplejidades… juicios» (las señales de los tiempos por las cuales el observador puede darse cuenta de que el día del Señor está a las puertas);

«el conocimiento de los países y reinos» (la geografía física y política, los idiomas, etc.). [Las citas son de DyC 88:79]

[“a fin de que estéis preparados en todas las cosas, cuando de nuevo os envíe a magnificar el llamamiento al cual os he nombrado y la misión con la que os he comisionado.” DyC 88:80]

«El considera necesarios estos estudios. Dios no requiere a sus siervos que lleguen a ser médicos, profesores y ni siquiera eruditos en esos temas, pero espera que sepan de ellos bastante para poder magnificar sus llamamientos como embajadores suyos que son ante el mundo.» (Priesthood and Church Government, págs. 55-56.)

Comentario de DyC 88:77-80 de Doctrina y Convenios Manual del Alumno de Institutos. 1985. Pagina 189.

La revelación divina y la ciencia

“Nuestros jóvenes son estudiantes diligentes. Buscan la verdad y el conocimiento con un celo encomiable, y al hacerlo, se ven en la necesidad de adoptar, temporariamente, muchas teorías humanas.Sin embargo, mientras que las reconozcan como escalones útiles para sus propósitos de investigación, no les harán daño. El problema surge cuando esas teorías se establecen como verdad fundamental y entonces el interesado se encuentra en grave peligro de desviarse irremediablemente de la senda correcta…
La Iglesia se atiene a la autoridad definitiva de la revelación divina,la cual debe ser la norma; y puesto que la llamada “ciencia” ha cambiado sus deducciones a través de los años, y ya que la revelación divina es verdad y permanece para siempre, los puntos de vista científicos deben conformarse a las declaraciones positivas de la revelación divina; y más aún, que en las instituciones fundadas por la Iglesia para la enseñanza de teología, así como de otros aspectos de la educación, lo que enseñen los instructores debe estar en armonía con sus principios y doctrinas…
La religión de los Santos de los Últimos Días no se opone a ninguna verdad ni a la investigación científica que la busque. En su saludo de Navidad a los santos, la Primera Presidencia dijo: “Aceptamos con gozo lo que se haya demostrado, pero no aceptamos la filosofía vana, las teorías humanas ni las meras suposiciones del hombre; tampoco adoptamos nada que sea contrario a la revelación divina o al sentido común, sino que apoyamos todo lo que se incline a la conducta correcta, lo que armonice con la sólida moralidad y aumente la fe en la Deidad, venga de donde venga” [«Words in Season from the First Presidency», Deseret Evening News, 17 de dic. de 1910, pág. 3].
Un buen criterio que pueden adoptar los jóvenes que estén determinados a profundizar en las teorías filosóficas es investigarlo todo, pero tener cuidado de adoptar sólo lo que sea verdad. La verdad persiste, mientras que las teorías de los filósofos cambian o se derrumban. Lo que los hombres utilizan hoy con propósitos científicos como plataforma desde la cual tentar en lo desconocido buscando la verdad puede derribarse mañana, después de haber cumplido su propósito; pero la fe es un principio eterno mediante el cual el creyente humilde puede asegurarse una satisfacción permanente. Es la única manera de encontrar a Dios.
A través de todas las épocas, la ciencia y la filosofía han sufrido cambio tras cambio; no pasa ni un siglo sin que se introduzcan nuevas teorías científicas y filosóficas que substituyan las viejas tradiciones, la antigua fe y las doctrinas anteriores de otros filósofos y científicos. Estas cosas pueden pasar por cambios continuamente, pero la palabra de Dios siempre es verdadera, siempre es correcta.” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith. Pág. 339-340)

Las Cosas Nunca Vistas

«Como joven adolescente, deseoso de obtener un testimonio propio, y como aspirante al título de científico,  me llené de inmensa satisfacción al descubrir que la ciencia y la religión concordaban de una manera muy sencilla.»

Por Don Lind
Hace muchos años, Heber C. Kimbal, uno de los grandes apóstoles pioneros, dijo: 
¡»Para hacer frente a las dificultades que sobrevendrán, os será necesario tener un conocimiento personal de la veracidad de la obra…. De lo contrario, no podréis permanecer. Vendrá el tiempo cuando no habrá hombre o mujer que pueda sobrevivir con luz prestada.  Cada quien tendrá que guiarse por la luz que posea dentro de sí mismo». (En Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball, Salt Lake City: Bookcraft, 1945, pág. 450.)
En los últimos años de mi adolescencia, al empezar mi carrera científica en la Universidad de Utah, sentí la necesidad de evaluar mi testimonio del evangelio. No quería creer en él simplemente porque mis padres decían que era verdadero, sino que quería obtener una convicción propia. Necesitaba contar con mi propia luz, y por eso emprendí la búsqueda; no para desafiarlo, sino para descubrir su veracidad por mí mismo.
Al cursar mi carrera en la universidad, escuchaba a algunas personas decir que la ciencia y la religión no eran compatibles, que no había forma de que una persona que estuviera bien preparada académicamente pudiera poseer al mismo tiempo un testimonio del evangelio. Sin embargo, yo descubrí que eso no era cierto. Como joven adolescente, deseoso de obtener un testimonio propio, y como aspirante al título de científico,  me llené de inmensa satisfacción al descubrir que la ciencia y la religión concordaban de una manera muy sencilla. Me gustaría compartir algunos puntos de vista que muestran como encajan.

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Dios es el autor de las ciencias

Nuestro Padre, el gran Dios, Es el autor de las ciencias, el gran artesano, el gran organizador de todas las cosas; El lo planea e idea todo, y cada particula de conocimiento que posee el hombre es un don de Dios. (Doctrina del Evangelio. Manual del Alumno. Pag.7)
Nuestra religión evalúa, considera e incluye toda la sabiduría del mundo, todo lo que Dios ha revelado al hombre. Dios ha revelado todas las verdades que el mundo posee actualmente, ya sean científicas o religiosas. A Él le debe todo el mundo lo que hoy conoce y disfruta; están en deuda con Él por todo eso y yo lo reconozco en todas las cosas (DBY, 2).


Nuestra religión contiene en sí misma toda ciencia verdadera que el hombre, los ángeles y los dioses conocen. Hay solamente un sistema y una ciencia de vida verdaderos; todo lo demás conduce a la muerte. Dicho sistema emana del Manantial de la vida (DBY, 2).
La religión de Jesucristo no sólo familiariza a la gente con las cosas de Dios y cultiva en ella la excelencia y la pureza morales, sino que también otorga todo aliento y estímulo posible para que aumente su conocimiento y su inteligencia, en toda rama de la mecánica, en las artes y en las ciencias, porque toda sabiduría, todas las artes y las ciencias del mundo son de Dios y han sido diseñadas para beneficio de Su pueblo (DBY, 247).
Cada arte y ciencia conocida y estudiada por los hijos de los hombres está incluida en el Evangelio. ¿De dónde ha procedido el conocimiento que ha capacitado al hombre para que logre tales realizaciones en la ciencia y la mecánica en estos últimos años? Sabemos que el conocimiento proviene de Dios; pero, ¿por qué es que no lo reconocen? Porque permanecen enceguecidos por sus propios intereses y no ven ni entienden las cosas tal cuales son. ¿Quién les enseñó los principios de la electricidad? ¿Los descubrió el hombre por sí mismo? No, sino que del Ser Supremo recibió el conocimiento. También de Él ha procedido cada arte y cada ciencia, aunque el mérito se le haya conferido a éste o a aquel individuo. Pero, ¿de dónde obtuvieron el conocimiento? ¿Lo poseen en sí y por sí mismos? No, tienen que reconocer que si no pueden hacer crecer una hoja de hierba ni hacer blanco o negro un solo cabello [véase Mateo 5:36] sin medios artificiales, dependen del Ser Supremo al igual que los pobres y los ignorantes. ¿De dónde hemos recibido el conocimiento para construir maquinarias que facilitan el trabajo, tan admirables en la actualidad? De los cielos. ¿De dónde hemos recibido nuestro conocimiento sobre astronomía o la capacidad para fabricar lentes con los cuales penetrar la inmensidad del espacio? …Es de [Dios] que cada astrónomo, artista y mecánico que haya vivido en la tierra ha obtenido su conocimiento (DBY, 246).
La religión que los Santos de los Últimos Días han aceptado, aunque la entiendan someramente, los estimula a procurar con dedicación todo conocimiento [véase D. y C. 88:118]. No existe otro pueblo que tenga un mayor anhelo por ver, escuchar, aprender y comprender la verdad (DBY, 247).
¡Cuánto nos alegraría poder entender cada principio correspondiente a la ciencia y el arte y familiarizarnos por completo con todo intrincado proceso de la naturaleza y con todos los cambios químicos que se producen de continuo a nuestro alrededor! ¡Cuán agradable sería y qué inmenso campo de verdades y poderes está abierto para que lo exploremos! Apenas estamos acercándonos a las playas de un vasto océano de información pertinente a este mundo físico, sin contar todo lo que atañe a los cielos, a los ángeles y los seres celestiales, al lugar donde moran, a su modo de vivir y a su progreso aún hacia grados más altos de perfección (DBY, 255).
Las revelaciones del Señor Jesucristo a la familia humana contienen todo el conocimiento que podríamos llegar a poseer. Gran parte de este conocimiento se obtiene de libros escritos por hombres que han analizado con minuciosidad varios temas y a quienes las revelaciones de Jesús les han iluminado la mente, ya sea que lo supieran o reconocieran o no (DBY, 257–258).
(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia. Brigham Young. Pag.18,19,203,205,209.)

La revelación divina y la ciencia

Joseph F. Smith

«Nuestros jóvenes son estudiantes diligentes. Buscan la verdad y el conocimiento con un celo encomiable, y al hacerlo, se ven en la necesidad de adoptar, temporariamente, muchas teorías humanas.Sin embargo, mientras que las reconozcan como escalones útiles para sus propósitos de investigación, no les harán daño. El problema surge cuando esas teorías se establecen como verdad fundamental y entonces el interesado se encuentra en grave peligro de desviarse irremediablemente de la senda correcta…
La Iglesia se atiene a la autoridad definitiva de la revelación divina,la cual debe ser la norma; y puesto que la llamada «ciencia» ha cambiado sus deducciones a través de los años, y ya que la revelación divina es verdad y permanece para siempre, los puntos de vista científicos deben conformarse a las declaraciones positivas de la revelación divina; y más aún, que en las instituciones fundadas por la Iglesia para la enseñanza de teología, así como de otros aspectos de la educación, lo que enseñen los instructores debe estar en armonía con sus principios y doctrinas…


La religión de los Santos de los Últimos Días no se opone a ninguna verdad ni a la investigación científica que la busque. En su saludo de Navidad a los santos, la Primera Presidencia dijo: «Aceptamos con gozo lo que se haya demostrado, pero no aceptamos la filosofía vana, las teorías humanas ni las meras suposiciones del hombre; tampoco adoptamos nada que sea contrario a la revelación divina o al sentido común, sino que apoyamos todo lo que se incline a la conducta correcta, lo que armonice con la sólida moralidad y aumente la fe en la Deidad, venga de donde venga» [«Words in Season from the First Presidency», Deseret Evening News, 17 de dic. de 1910, pág. 3].
Un buen criterio que pueden adoptar los jóvenes que estén determinados a profundizar en las teorías filosóficas es investigarlo todo, pero tener cuidado de adoptar sólo lo que sea verdad. La verdad persiste, mientras que las teorías de los filósofos cambian o se derrumban. Lo que los hombres utilizan hoy con propósitos científicos como plataforma desde la cual tentar en lo desconocido buscando la verdad puede derribarse mañana, después de haber cumplido su propósito; pero la fe es un principio eterno mediante el cual el creyente humilde puede asegurarse una satisfacción permanente. Es la única manera de encontrar a Dios.
A través de todas las épocas, la ciencia y la filosofía han sufrido cambio tras cambio; no pasa ni un siglo sin que se introduzcan nuevas teorías científicas y filosóficas que substituyan las viejas tradiciones, la antigua fe y las doctrinas anteriores de otros filósofos y científicos. Estas cosas pueden pasar por cambios continuamente, pero la palabra de Dios siempre es verdadera, siempre es correcta.»
(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia. Pag.339,340.)

¿Hay conflicto entre la ciencia y la religión?

 
“La respuesta a esta interrogante depende enteramente de lo que se quiere significar y se acepta como ciencia y como religión.
Es común decir que este conflicto no existe, es decir entre la verdadera ciencia y la verdadera religión pues ninguna verdad está en conflicto con otra, no importa en qué categoría o nivel se coloca la verdad para el es­tudio…”
“Por supuesto que no hay con­flicto entre la religión revelada tal como ha sido restaurada en nuestros días y las realidades científicas que han sido establecidas como verdad fundamental. Las trampas mentales en las cuales se debaten los estu­diantes resultan de la aceptación de teorías científicas no probadas como si fueran hechos fundamentales, lo que lleva a los estudiantes a tener que negar verdades conflictivas de la re­ligión revelada.”
“A de­cir verdad, desde una perspectiva eterna, la verdadera ciencia es parte del evangelio mismo; en su más am­plio significado el evangelio abraza a la verdad. Cuando todas las bendi­ciones del milenio se derramen so­bre la tierra y sus habitantes, la seudo-religión serán hechas a un lado, y todos los supuestos conflic­tos entre la ciencia y la religión se desvanecerán.” (Bruce R. McConkie, Doctrina Mormona, pagina 127)
 
Nota.- En general este comentario del Elder McConkie sobre la ciencia y la religión es muy bueno, solo he obviado la parte en que habla en contra de la teoría de la evolución.