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Misticismo: Una Perspectiva SUD

“Misticismo es la creencia de que es posible la unión espiritual con Dios meditando sobre él y sus leyes y entregándose a su voluntad. Esto es verdad en teoría, el hombre puede llegar a ser uno con la Deidad al aprender sus leyes, rindiéndose a su voluntad y guardando sus mandamientos. Es posible tener revelación personal, obtener conocimiento de Dios directamente por discernimiento espiritual, ser un profeta de Dios. Pero esto quiere decir que se acepta a Jesús como al Cristo y a José Smith como su profeta; significa venir a la congregación de Cristo que se llama La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En la práctica, los llamados místicos del mundo buscan una unión con Dios a través de sus propios errores mentales, fuera del marco del verdadero evangelio. Su sello de misticismo es una religión apóstata creada, imitando el verdadero sistema de salvación, y que nunca los llevará al objetivo que desean. (Bruce R. McConkie. Doctrina Mormona)

Misticismo: Una Perspectiva Enciclopédica

La mística (del verbo griego myein, «encerrar», de donde mystikós, «cerrado, arcano o misterioso») designa un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (zoroastrismo, judaísmo, cristianismo, islam), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento.

Según la teología, la mística se diferencia de la ascética en que ésta ejercita el espíritu humano para la perfección, a manera de una propedéutica para la mística, mediante dos vías o métodos, la purgativa y la iluminativa, mientras que la mística, a la cual sólo pueden acceder unos pocos, añade a un alma perfeccionada por la gracia o por el ejercicio ascético la experiencia de la unión directa y momentánea con Dios, que sólo se consigue por la vía unitiva, mediante un tipo de experiencias denominadas visiones o éxtasis místicos, de los que son propios una plenitud y conocimiento tales que son repetidamente caracterizados como inefables por quienes acceden a ellos.

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¿Cuál es la diferencia entre esoterismo y misticismo?

Esoterismo y Misticismo

Son casi sinónimos, dado que ambos se refieren a una experiencia privada y personal. Pero el esoterismo es más bien un conocimiento reservado al alcance solo de los iniciados, en cambio el misticismo hace referencia a una relación personal con la Divinidad, que todos pueden alcanzar, aunque no todos lo consiguen.

Debido a  que las enseñanzas y ordenanzas que recibimos en el templo no son publicas sino que están reservadas solo para aquellos miembros que demuestren una madurez espiritual, esto las convierte por definición en esotéricas.

Las definiciones de misticismo y espiritualidad son esencialmente las mismas, por lo tanto las podemos usar como sinónimos.

“Ruego que tengamos la fortaleza de vivir de tal manera que seamos merecedores de la guía y la inspiración divinas; que por medio de la adoración, la meditación, la comunión y la reverencia podamos percibir como algo real nuestra capacidad de tener una relación cercana con nuestro Padre Celestial. Les doy mi testimonio de que es una realidad, que podemos estar en comunión con Él” (Capítulo 4: Los elementos de la adoración, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: David O. McKay)

La importancia de meditar

¿Qué es meditar?
Pensar o reflexionar profundamente, a menudo tocante a las Escrituras u otras cosas divinas. Al combinarse con la oración, la meditación sobre las cosas de Dios puede traer consigo la revelación y la comprensión. GEE Meditar.
¿Porque es tan importante meditar?
El presidente [David O.] McKay dijo: “No dedicamos tiempo suficiente a meditar”. Me levanto temprano por la mañana… a las cinco, cuando mi mente y mi espíritu están despejados y descansados, y me pongo a meditar. Ustedes podrán acercarse más al Señor de lo que se imaginan si aprenden a meditar. Dejen que su espíritu sea enseñado por el Espíritu 8 .
Los Doce no olvidarán la admonición que hizo el presidente David O. McKay en nuestra reunión de consejo una mañana en la que puso de relieve la importancia fundamental de dedicar tiempo a meditar a fin de mantenerse espiritualmente a tono… “Es una gran cosa percibir los susurros del Espíritu, y sabemos que, cuando esos susurros llegan a nosotros, es un don y un privilegio recibirlos. Llegan a nosotros cuando estamos tranquilos y no bajo la presión de lo que tengamos que hacer”.

Entonces, el Presidente aprovechó la ocasión para contarnos un suceso que ocurrió en la vida del obispo John Wells, que fue miembro del Obispado Presidente. Un hijo del obispo Wells murió trágicamente en el Cañón “Emigration” en la vía férrea… El muchacho fue atropellado por un tren de carga. La hermana Wells quedó inconsolable. Lloró la muerte de su hijo durante los tres días que precedieron al funeral, no recibió ningún consuelo en el servicio funerario y su estado de ánimo era profundamente doloroso. Ella contó que, un día, poco después del funeral, mientras yacía en su lecho, tranquila, pero todavía llorando la muerte de su hijo, éste se le apareció y le dijo: “Mamá, no me llores. No llores. Yo estoy bien”. Entonces le dijo que ella no comprendía cómo había ocurrido el accidente; le explicó que había dado la señal al maquinista de poner el tren en marcha, tras lo cual, como de costumbre, fue a asirse del pasamano del tren, pero, al intentarlo, el pie le quedó atrapado en una raíz, no alcanzó a tocar el pasamano y cayó su cuerpo bajo las ruedas del tren. Evidentemente había sido un accidente. Le dijo que en cuanto se dio cuenta de que estaba en otro ambiente, procuró ir a ver a su padre, pero no pudo comunicarse con él. El padre estaba tan ocupado realizando su trabajo que no pudo percibirlo, por lo que había ido a ver a su madre. Dijo a la madre: “Di a papá que yo estoy bien. Te ruego que no me llores más”.
Entonces el presidente McKay dijo que él quería destacar el hecho de que cuando estamos tranquilos, a solas en una habitación, nos resulta más fácil percibir esas cosas, que, en el caso de él, los mejores pensamientos con respecto a las tareas del día los tenía después de levantarse por la mañana cuando estaba calmado, que las impresiones las recibía tan claramente como si oyese una voz y que eran correctas. Si estamos preocupados y algo perturba nuestros sentimientos, no recibimos la inspiración. Si vivimos de manera que nuestra mente esté libre de preocupación, que nuestra conciencia esté despejada y nuestros sentimientos de los unos por los otros sean correctos, el efecto del Espíritu del Señor sobre nuestro espíritu es tan real como si tomásemos el teléfono. Pero cuando lo recibamos, y fíjense en eso, debemos tener la valentía de llevar a cabo lo que se nos indique…
Que eso sea algo que recuerden; hagan ustedes lo mismo. Dediquen tiempo a meditar. En muchas de las ocasiones en que estén lidiando con problemas, la solución de ellos podrán discernirla espiritualmente 9 .
No se sumerjan tanto en sus ocupaciones que no se dejen tiempo para meditar. Háganse el tiempo para ello. El testimonio más importante no se recibe por la vista, sino por la testificación interior. Cristo puede estar más cerca de lo que tengamos conocimiento. “… Estoy en medio de vosotros y no me podéis ver. El Espíritu Santo da el testimonio cierto. Mis ojos están sobre vosotros. Pronto vendrá el día en que sabréis que yo soy” [véase D. y C. 38:7–8] 10 .